Dividir una parcela en lotes, conocido como subdivisión de terrenos, es un proceso técnico y legal que requiere planificación y cumplimiento normativo. A continuación, te explico los pasos principales:
Antes de comenzar, revisa las leyes y reglamentos municipales o provinciales que regulan la subdivisión de terrenos. Algunos factores a considerar incluyen:
Tamaño mínimo de los lotes: Dependerá de la zona y el tipo de uso permitido (residencial, comercial, etc.).
Zonificación: Confirma que el uso del terreno sea compatible con la subdivisión.
Servicios públicos: Los lotes deben contar con acceso a agua, electricidad, cloacas y vías públicas.
Un agrimensor profesional realizará el plano de subdivisión y marcará físicamente los límites de cada lote.
Estudio del terreno: Se evaluarán las características geográficas y técnicas del lugar.
Delimitación de lotes: El agrimensor trazará el diseño de los lotes según las normativas vigentes y los objetivos del propietario.
El plano de subdivisión debe ser aprobado por las autoridades locales.
Documentación requerida: Plano del terreno, escritura original, y estudios técnicos adicionales si son necesarios.
Revisión municipal: El municipio evaluará el cumplimiento de los requisitos legales y técnicos.
Una vez aprobado el plano, los nuevos lotes deben inscribirse en el Registro de la Propiedad correspondiente.
Cada lote recibirá una nueva matrícula catastral y quedará formalmente registrado como una propiedad independiente.
Se deben tramitar las conexiones de agua, electricidad, gas y otros servicios para cada lote, según corresponda.
Con los lotes formalizados y registrados, ya puedes venderlos, construir en ellos o destinarlos a otro propósito.
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