No confiar plenamente en un agente inmobiliario sin matrícula propia, aunque afirme trabajar bajo la supervisión de un martillero público matriculado, puede deberse a diversos riesgos asociados con la informalidad y la falta de control directo. Aquí te detallo las razones clave:
Un agente no matriculado no tiene una responsabilidad legal directa ante el colegio profesional correspondiente.
Si surge un conflicto o problema, el único responsable legal será el martillero matriculado, pero esto podría complicar la resolución del caso.
Sin matrícula, el agente no está sujeto a los estándares éticos y disciplinarios de los colegios profesionales.
Aunque el agente diga trabajar en una oficina con un martillero matriculado, esto podría no ser cierto.
Algunos agentes podrían usar el nombre de un martillero o inmobiliaria sin estar realmente vinculados.
Si la relación no está formalizada (contrato laboral o representación legal), el martillero podría no asumir responsabilidad por las acciones del agente.
La falta de una matrícula hace más difícil rastrear al agente en caso de problemas.
Un agente no matriculado podría desaparecer tras recibir pagos, dejando al cliente sin protección.
Si la propiedad ofrecida tiene irregularidades (documentación falsa, problemas legales), el martillero matriculado podría alegar desconocimiento.
En Argentina, la ley exige que las operaciones inmobiliarias sean realizadas por corredores o martilleros matriculados.
Permitir que agentes no matriculados manejen estas transacciones directamente puede violar la normativa y poner en riesgo la validez de los acuerdos.
Algunos agentes podrían ofrecer comisiones más bajas para atraer clientes, pero esto podría implicar atajos legales o falta de formalidad en el proceso.
Los martilleros matriculados han recibido capacitación y aprobado los requisitos legales y académicos necesarios para ejercer, algo que no necesariamente aplica a un agente sin matrícula.
Esto puede traducirse en un desconocimiento de leyes, procesos y buenas prácticas, afectando la calidad del servicio.
Si el agente comete errores o actúa de manera negligente:
No existe una vía directa para reclamar ante el colegio profesional.
Esto podría generar costos adicionales para corregir problemas o incluso la pérdida de dinero.
Verifica la matrícula del martillero responsable: Asegúrate de que realmente esté registrado y que el agente esté autorizado por él.
Solicita contratos firmados entre el agente inmobiliario y el martillero matriculado: Esto garantiza que el responsable legal respalda la operación.
Involucra a un escribano: Para validar la documentación y garantizar la legalidad del proceso.